domingo, 3 de abril de 2011

La educación de un hijo empieza el día de su nacimiento...

No creáis que deben pasar años hasta que vuestro hijo entienda  las cosas. Desde el primer minuto de vida el niño esta recogiendo información de todo lo que le rodea. Por ello debemos ser buenos ejemplos para nuestros hijos, tanto en el comportamiento o en las decisiones que vamos tomando mientras crece, somos modelos que posteriormente ellos tenderán a imitar.

Lo más importante en la familia es ser buenos modelos para los niños, porque queramos o no, los niños aprenden todo de nosotros.
En la familia se produce de un modo natural uno de los métodos de aprendizaje más importantes, el llamado aprendizaje  modelado. Consiste en aprender por observación, observando a los que son sus modelos, en este caso padres, hermanos, etc. El niño observa nuestra manera de responder a las diferentes situaciones, observa nuestra manera de comunicarnos, nuestras prioridades, nuestros valores, nuestras actitudes... así como las consecuencias de todo ello, y van aprendiendo comportamientos, van aprendiendo a responder de determinadas maneras ante determinados estímulos...

Las típicas respuestas como:  “lo lleva en los genes”, “él es así”, “es igual que su padre, madre, etc.”, son respuestas erróneas, y lo único que nos llevan a hacer es a rendirnos ante la situación, a aceptarla como normal y por tanto a no hacer nada para mejorarla. En el contexto conductual no hay nada más equivocado, ya que está demostrado que la conducta del niño se puede modificar, incluso se puede eliminar por completo, y añadir otras nuevas. La manera de hacerlo es seguir las leyes comportamentales. No es tan difícil, hay buenos métodos para modificar la conducta, y los resultados son visibles, lo que ayuda a que se mantengan las “buenas costumbres”. Y aunque ciertamente hay una parte genética en todo esto, lo que llevamos en los genes son potencialidades, es decir, son semillas que pueden o no desarrollarse, dependiendo de cómo las tratemos.




Artículo, titular: Gloria Martí Cholbi

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